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Visualizar no es meditar

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Hay muchas prácticas que usan la permisividad fantasiosa para crear ambientes mentales gratos, en los que el estudiante puede refrescarse momentáneamente. Visualizar lleva a que la mente se lance a la fantasía o a la imaginación y, a través de los contenidos que advierten, se relacionen estos con los siguientes creando cadenas de ideas.

Visualizar lleva al uso de la memoria como elemento básico de atención. Reforzar los elementos gratos lleva a convertir la visualización en un hábito. Finalmente se parece a atender un recuerdo grato o una experiencia placentera. En este caso, visualizar produce momentos agradables, incluso puedes incluir personas, ambientes y recrearte en las escenografías que montas en tu interior.

Visualizar es una forma grata de pensar. El resultado de toda práctica meditativa es la consecución de la No-dualidad. Por lo tanto, la reafirmación de un pensamiento grato lleva simplemente a la conformación de hábitos y, de allí, a medida que más se refuerza dicha conformación, al condicionamiento mental y físico. Finalmente, de continuar, todo desemboca en obsesiones.