Estudiante: Verdaderamente, ¿qué pasa cuando morimos? ¿Queda algo de nuestra mente en algún sitio? ¿Todo acaba ahí?
Sesha: Al morir, el cuerpo físico se descompone en sus elementos primigenios. Sin embargo, la mente continúa. La muerte ocurre asociada al cuerpo físico, pero la mente no se degrada cuando esto ocurre, mantiene su experiencia en el mundo sutil.
Estudiante: ¿Para el Advaita existe la creencia o certeza de que después de la muerte hay un juicio o algo parecido?
Sesha: La muerte no desencadena profundas comprensiones, al igual que dormir tampoco lo hace. Al morir nos arropamos de las mismas inquietudes y certezas con las cuales convivimos en un cuerpo físico, llevando a mantener una cierta continuidad en nuestras propias creencias.
Al morir, tu mente sigue en funcionamiento con toda su base habitual. Las reacciones se sostienen con base a elementos previos y la interpretación de la realidad asume un carácter similar al que se tenía en vida.
Estudiante:¿Cuál es el procedimiento idóneo después de morir, enterrar el cuerpo o incinerarlo? En caso de incinerarlo, ¿es conveniente guardar sus cenizas o es mejor echarlas en tierra?
Sesha: Para quien muere es indiferente una u otra opción. Los ritos suelen establecerse para quienes aún identificados con el cuerpo necesitan un duelo para mantener un nexo. Si confías en el amor, él trascenderá tiempo y espacio.
Estudiante: Hace 5 años perdí a mi marido y sentí que con él se iban mis ganas de amar o de volver a sentir. ¿Me puedes decir si hay alguna probabilidad de que vuelva a amar o querer en esta vida?
Sesha: Debes creer en el amor, debes creer en aprender. La vida nos suele mostrar caminos que a veces no atinamos a recorrer por temor. Vivir es aprender, vivir es amar. Si realmente amas a tu marido no será la distancia quien se interponga en el afecto ya creado. Otra cosa es amar su recuerdo o llenar tus necesidades, ante lo cual evidentemente sufrirás debido a su ausencia.