Estudiante: ¿Qué pasa cuando en la práctica interior ni siquiera se percibe el espacio entre pensamiento y pensamiento?
Sesha: Si ello ocurre, será que estás pensando. La pregunta es: ¿qué debes hacer para evitarlo? Haz lo más simple: ¡darte cuenta que estás pensando! El acto de la comprensión, de saber, te arrastra nuevamente al presente. Ello te sitúa en la atención al presente y diluye instantáneamente cualquier pensamiento, ¿entendiste?
Estudiante: Sí.
Sesha: Te lo planteo de otra manera. Tienes que indagar esa masa en actividad que se arremolina en forma de pensamientos. Es decir, pregunta quién está pensando todo ello. Al indagar sobre quién piensa, de esa masa en actividad emergerá el yo como respuesta. ¡Yo pienso! Reemplazarás los pensamientos por otro más frecuente denominado “yo”. Por lo menos indagar hará que, en vez de tener miles de pensamientos, permanezcas intermitentemente en uno: yo. El yo es el pensamiento más común que hay en la mente. Bien pero, si queda un yo como pensamiento final, ¿cómo disolverlo, entonces? Fácil, atiende: si te depositas en tu interioridad, atentamente y sin intervenir, notarás que eres capaz de detectar los pensamientos a la distancia y te diferenciarás de ellos. La masa de atención presencial disolverá el pensamiento de yo y te hará ser testigo de un vacío carente de pensamientos; a ello le denominamos “estado de Observación”, ¿me sigues?
Estudiante: Mmmm…
Sesha: Cuando no sepas qué hacer, indaga tu mente.
Estudiante: Y ese “yo” que has dicho ahora, es lo que plantea Ramana Maharshi, ¿no?
Sesha: Sí.
Estudiante: Indagar el yo no te lleva necesariamente al Atman.
Sesha: No, indagar el yo puede llevarte simplemente a estados intermedios de percepción como la Observación o la Concentración.