Estudiante: Cuando hay Iluminación, el llanto no tendría lugar, ¿no? ¿O lo habría pero no lo juzgaríamos?
Sesha: El llanto es el mecanismo más sencillo que hemos encontrado para descargar la intensidad de una emoción contenida. También puede expresarse dicha emoción contenida a través de la violencia, el miedo o la enfermedad; sin embargo, la simetría más frecuente de desahogo es llorar.
Llorar, en sí mismo, no es símbolo de nada malo, como tampoco lo es que llueva. Al igual que cualquier actividad, el llanto puede experimentarse despersonalizadamente o también sin ser juzgado por quien llora o por un tercero.
Estudiante: Dices: «Todo buscador de sí mismo ha de encontrar un ambiente propicio para realizar aquello en lo que naturalmente es diestro…». ¿Por qué yo no me encuentro si llevo 30 años de búsqueda? A veces me apetece tirar la toalla y renunciar, pues estoy como el primer día. Tengo una limitación importante que obstaculiza mi aprendizaje. Entiendo que para conocer la verdad por mí misma, y no conformarme con un conocimiento de segunda mano, necesito reflexionar y sacar mis propias conclusiones, pero he aquí mi obstáculo: la fibromialgia deteriora seriamente la cognición, la inteligencia disminuye mucho, me falta concentración, atención, comprensión, memoria… ¡La reflexión me resulta tan difícil…! ¿Significa esto que para mí está velada definitivamente la Verdad?
Sesha: También por años estuve con dolores inhumanos, aguantando cada instante y notando cómo entre cada respiración aparecía un dolor inmenso. Aun así aprendí a dejar que el dolor doliese, a dejarlo expresarse, a llenarme de él sin intentar modificarlo. Con sorpresa noté que al no luchar se convertía en algo manejable, en algo que dolía pero que era completamente manejable.
Saber y amar son condiciones absolutamente naturales, no dependen de tu voluntad y con seguridad puedes entregarte a ellas sin importar en qué condición te encuentres.