Estudiante: En algún momento has comentado que «Lo que debería atacarse en la educación es la fantasía, en lugar de promoverla», pero ¿por qué?
Sesha: La fantasía, como todas las actividades mentales, puede llegar a tener su sitio adecuado. Sin embargo, el excesivo uso de esta facultad impide la aparición de otras formas cognitivas más estables.
La fantasía es un indicador de atención errónea, por esa razón debemos enfrentarla con atención presencial.
Estudiante: Cuando hablas de fantasía en la educación, ¿incluyes como tal los cuentos que contamos a los niños?
Sesha: La fantasía cognitiva tiene que ver con la imposibilidad de prestar atención al presente cognitivo. Un cuento fantasioso no implica, por ser imaginativo, un acto fantasioso, puesto que el niño está asombrado escuchándolo en el presente cognitivo.
Estudiante: ¿Antes sí servían los parámetros con los que se nos educaba? ¿O es que la gente estaba todavía más manipulada o dormida?
Sesha: Todos respondemos a la información que la mente gestiona. Antes nos llenábamos de cosas que actualmente nos son anodinas o anecdóticas. La globalización nos hace más libres en lo religioso, cultural y social, con el consecuente cambio de los grupos que gestionan estos elementos. Ahora, sin embargo, dependemos de otras cosas que antes no existían.
Estudiante: ¿Cuál es tu opinión y punto de vista sobre el Islam y el Corán?
Sesha: Apenas he leído fracciones del Corán. De aquello me queda la maravilla de sus enseñanzas y la fuerza del devoto que las sigue. Más he analizado a los sufíes, su aspecto interno o místico, en quienes he admirado su simpleza, maravilla y sabiduría.