La actividad de “provecho” implica la interpretación intencionada por parte del Sujeto de la acción que aparece espontáneamente en el ámbito del Presente. Realizar la acción por “el resultado de la acción” enlaza el acontecimiento con el futuro potencial que algún día madurará en forma de “aquí y ahora”. El “provecho” lleva consigo de manera implícita una intencionalidad. Todo Sujeto crea fronteras de cognición cuando experimenta con sentido de provecho la acción que realiza. Por tal razón, el Sujeto, a causa de la actividad de “provecho”, crea una región de diferenciación temporal entre el fluir universal de acontecimientos indiferenciados.
Todo acontecimiento que acontecerá en el futuro tiene huellas en el pasado. No existe futuro independiente de pasado. Intentar cambiar el futuro implicaría transformar el pasado. No existe un “acontecimiento que sucederá” libre de historia, pues necesariamente ha sido causado por Sujeto que busca “provecho” o “apetencia de fruto” en la acción. La raíz del futuro no está en el Presente sino en el pasado. La impronta “egoica” con la que se experimenta un suceso que acontece, asociado al “provecho” con el que se lo experimenta, genera un encadenamiento entre acto y consecuencia; dicho encadenamiento se denomina Karma