Lo que realmente fructifica como enseñanza es el acto de la comprensión de un hecho, de un conocimiento o de una acción. Lo que se busca mediante la enseñanza es sustentar una comprensión que se mantenga con el tiempo y sea firme ante cualquier eventualidad.
Lograr en ti el acto de la espera meditativa y realizar la observación correcta de tus pensamientos te da la comprensión firme de que evidentemente ellos nacen y mueren, y que entre ellos hay un espacio vacío de atención pura. Esa comprensión, dada la vivencia personal que se ha tenido, genera la fuerza de crear un camino de búsqueda, un sendero de claridad, una expectativa clara del inicio de la práctica meditativa.
Esa certeza meditativa, esa comprensión que se tiene de la practica interior o exterior de lo que llamamos meditación, es lo que el estudiante debe aprender, eso es lo único que vale la pena enseñar.
Un maestro es aquel que es diestro en el estudio de los libros sagrados (srutis, los libros que poseen la revelación de lo divino) y aparte tiene la experiencia de lo absoluto a través de la experiencia personal del Nirvikalpa Samadhi. Maestro es quien tiene la experiencia del absoluto No-dual y se empeña por dharma en darlo a conocer a los demás.
Debido a que la realidad No-dual es intransmisible intelectualmente, el maestro tiene esencialmente la condición de servir al discípulo de punto de referencia a una forma ordenada de pensar e interpretar el mundo y a sí mismo.
Para que aquellas preguntas que no tienen solución por parte del estudiante puedan ser resueltas, o las prácticas de meditación sean confiables, se requiere de alguien que de alguna manera haya caminado por ese sendero y lo conozca a profundidad. La referencia que todo estudiante posee sobre su propio mundo interior es francamente laberíntica ya que le es muy difícil encontrar estabilidad en sí mismo y en la práctica meditativa.
El maestro, al haber pasado ya por este confuso sendero de incertidumbres metafísicas, logra mostrar un mapa claro del funcionamiento de la mente dual y sabe la forma de encausar las inquietudes de sus discípulos en la búsqueda de la realidad No-dual.