Estudiante: Durante el internado mientras practicamos la meditación por horas al día, enfrentamos pensamientos normales, aquellos que vienen y se van casi por sí mismos. Pero, cuando realmente te empieza a preocupar algo y el pensamiento que te ataca lo ocasiona una enfermedad o una preocupación seria de la vida cotidiana, ¿cómo trabajas eso?
Sesha: Cuando tu mente se ve obsesionada por pensamientos de difícil control, enfréntalos al igual que haces con la vida cotidiana. En la vida cotidiana, para comer, por ejemplo, estableces un horario; no comes cada cinco minutos, sino en función de las necesidades de tiempo y del ambiente en que se rodea tu propio organismo; igual que para dormir: estableces más o menos un horario de descanso que se adecue a tus posibilidades; del mismo modo, estableces un horario para ducharte; todo lleva a crear siempre un mecanismo de organización para que puedas funcionar de manera eficiente en la vida.
Con los problemas y los pensamientos debes hacer lo mismo: cada circunstancia ha de tener su momento de análisis, que puede ser largo o muy corto, según tu discernimiento lo decida para poder abordarlos. Pero como los problemas son parecidos a todas las demás cosas que sueles hacer, no puedes otorgarles a ellos todo tu espacio de vida, como no le otorgas todo el espacio de vida a ir al baño o a comer o a dormir.
Muchas veces el truco no consiste en solucionar los problemas, sino en darte un respiro para pensar sobre ellos.
Lo que te planteo es que le des a cada cosa el valor y el momento que se requiere.