Sesha: Hemos estudiamos la naturaleza de los limitantes Espacial y de Frontera. Ahora intentaremos profundizar en el limitante de Causalidad. ¿Son claros los conceptos Particularidad y Totalidad?
Estudiante: Sí. Tienen que ver con la representación espacial gracias a la cual Sujeto y Objeto se experimentan con o sin distancia.
Sesha: Correcto. ¿Son claros los conceptos “dentro” y “fuera”?
Estudiante: Sí. Tienen que ver con aquellos contenidos reales 0 ideales conocidos gracias a la intermediación sensoria o a su ausencia.
Sesha: Debido a la frontera sensoria existe una apreciación de diferenciación de Sujeto y Objeto. Las fronteras conforman un campo cerrado de cognición que incluye, en un momento cualquiera de la cognición, innumerables contenidos Particulares o Totales situados “dentro” o “fuera” de la frontera sensoria.
Estudiante: Sí, es claro.
Sesha: ¿Y respecto al limitante de Causalidad?
Estudiante: Por lo que entiendo, genera sentido de continuidad temporal a los contenidos asociados a la Frontera.
Sesha: Correcto. ¿Qué entiendes por apetencia de fruto?
Estudiante: Realizar una acción buscando el provecho futuro que pueda obtener con ella. A ello se le denomina karma.
Sesha: ¿Alguna vez has realizado alguna acción sin provecho, sin apetencia de fruto?
Estudiante: Alguna vez… sí… sin darme cuenta (risas).
Sesha: Realizar la acción con apetencia de fruto, implica crear karma, generar Causalidad, inducir un nexo entre el acto realizado y su posterior consecuencia.
Estudiante: Efectivamente, pero realizar sin provecho la acción es muy difícil. Siempre hay un porqué, siempre hay una razón por la cual actúo.
Sesha: Mientras duermes y sueñas, ¿realizas acciones?
Estudiante: Evidentemente.
Sesha: ¿Actúas con apetencia de fruto?
Estudiante: Por supuesto.
Sesha: ¿Y creas karma?
Estudiante: Pues…, por lo que has dicho anteriormente, no.
Sesha: ¿Cómo puede ser realizada una acción idéntica con apetencia de fruto en dos estados diferentes, vigilia y sueño, y que en uno de los estados de conciencia se cree karma y en otro no?
Estudiante: ¡Qué pregunta! Tal vez porque vigilia y sueño son diferentes.
Sesha: ¿Diferentes?
Estudiante: Sí. Una cosa es estar despierto y otra dormido.
Sesha: Pero si es el mismo Sujeto, la misma yoidad en uno u otro estado, ¿habría diferencia?
Estudiante: No, por lógica no la habría. Pero no hay salida, pues efectivamente no hay karma en sueños. De haberlo, cada noche continuaríamos con la secuencialidad del día anterior. Por experiencia sé que eso no ocurre, por lo menos a mí. Sin embargo, el karma nace por el sentido de provecho con que se realiza la acción. Si hay provecho en ambos debería haber karma en ambos.
Sesha: ¿Y cuál es la salida?
Estudiante: No la sé.
Sesha: ¿Qué tal si el Sujeto no fuera el mismo en vigilia y sueño?
Estudiante: Entonces el “yo” sería diferente en la vigilia que en el sueño y cambiaría con cada pensamiento. Emergería y moriría con cada pensamiento, como lo hace una ola del mar. No tendría continuidad.
Sesha: ¿Quién da vida al “yo” del sueño?
Estudiante: ¡El “yo” de vigilia!
Sesha: Tu yoidad de vigilia imagina tu “yo onírico”. ¿Qué realidad, qué continuidad puede tener un “yo” con semejante simiente?
Estudiante: Ninguna.
Sesha: ¿Quién da vida a la yoidad de vigilia?
Estudiante: No lo sé.
Sesha: ¿Quién provee de realidad a una serpiente mientras lo que realmente observas es una soga? ¿Quién da vida a la yoidad de vigilia?
Estudiante: La yoidad de vigilia tampoco existe, es tan solo la aparente creencia dual de Sujeto y Objeto delimitado por fronteras que tienden a permanecer por Causalidad.
Sesha: Lo que un “Sujeto onírico” experimenta no puede crear Causalidad, pues él no es causa, es solo consecuencia. Si compras en un supermercado mientras duermes, no podrás encontrar la nevera llena al despertar. El comprador no posee en su naturaleza esencial la capacidad de producir consecuencias. La vida del Sujeto y la de todos los Objetos oníricos son reales mientras se los experimenta, pero al despertar mueren y no dejan huella en el futuro. Tanto Sujeto como Objeto oníricos se parecen a los fotogramas de una película de cine: la velocidad del proyector monta cada recuadro y al ser reflejados en pantalla simulan continuidad, realidad.