Un pensamiento es una apreciación diferenciada de información que fluye en el mar de la conciencia no-dual. Dicha información es detectada por la mente que la fija como memoria y le otorga un sesgo de apropiación mediante el sentido de “yo”.
Un deseo es una actividad que, al igual que los pensamientos, posee una condición de información diferenciada, pero cuya esencia no goza la condición de definición racional y específica que sí poseen los pensamientos.
Un sentimiento es una actividad diferenciada de información que también es detectada por la mente y que al igual que los pensamientos fluye en el mar de la conciencia. Los sentimientos, para conocerlos, se relacionan a través del proceso dialéctico de la mente, pero no poseen la definición y análisis de los pensamientos que operan en ella. Son como los pensamientos pero más abstractos, más sutiles, sin las fronteras definidas y específicas que sí poseen las entidades racionales. Sin embargo, en el fondo, no son más que una actividad que la mente puede detectar.