El Advaita es muy escrupuloso en el análisis de la cognición y asume algunas ideas novedosas respecto al proceso epistémico occidental. La representación de «objeto» y «sujeto» es similar en ambos modelos, pero las posibles relaciones entre ellos varían para el Advaita. Por ejemplo, el Advaita establece opciones de cognición donde haya sujeto y objeto de forma alternativa, como es el caso de la dualidad que ofrece imaginar o fantasear. También permite la experiencia cognitiva donde haya solo sujeto o solo objeto, como en los casos de la Observación Interior y Exterior, respectivamente. A su vez permite la opción de que exista sujeto-objeto simultáneo en un campo con fronteras cerradas, como es el caso de la Concentración, o de objeto-sujeto simultáneo en un campo de cognición sin fronteras, como acontece en la Meditación.
Si no has investigado en tu mente jamás, muchas de estas ideas parecen igual de complejas y extrañas como algunas de la física cuántica.
Cuando intentas situarte en tu mundo interior y esperas la aparición de pensamientos, puede pasar que la atención se pose sobre los objetos externos. No luches contra ese hábito, pues no es necesario. Deja que la mente te lleve a los objetos externos y usa los cánones correctos para percibirlos. Sitúa la atención en los objetos y no en tu cabeza. Oye con atención disponiendo, si es sonido, todo tu ser en la presencia viva de lo que escuchas. No intentes definirlo, solo escúchalo. Finalmente, luego de algunos instantes, la mente se recogerá nuevamente en tu interior y serás espectador de sus contenidos y, atendiéndolos, advertirás el vacío donde caen al ser detectados.