Nunca el mundo cambia, nada cambia nunca; solo se advierte la aparente transformación, debido a la modificación de los parámetros cognitivos, a causa de situar la atención más seguidamente o no en el presente.
Si colocas un alimento en la sartén, se cocina más o menos dependiendo del tiempo de cocción. Si adviertes cualquier campo de cognición que haga parte del presente, sus propiedades cambian según lo entiendas más seguidamente. El campo podrá, desde transformarse en otro, a convertirse en todos los restantes del universo. Sin embargo, nada ha cambiado, solo la forma de relacionarte cognitivamente con el objeto a conocer.
Por ello, no podemos afirmar que el hielo no es agua, o que su vapor no es hielo. Las propiedades moleculares son idénticas, pero la presencia continuada de calor expresa la aparición de uno u otro estado físico. Igual pasa con la cognición. Basta mantener la percepción en el presente y el estado de conciencia cambia, creando una nueva relación entre conocedor y conocido. La más estable relación posible entre ambos se denomina No-dualidad.