Estudiante: Cuando nos hablas de tratar de observar el mundo interior, ¿a qué te refieres?, ¿a sentir las sensaciones del cuerpo?
Sesha: No, sentir las sensaciones del cuerpo es el objeto de variadas prácticas budistas, el advaita no va por allí. Atender el mundo interior implica ser consciente de la propia atención. La atención sostenida en el presente, en el aquí y el ahora, es el objeto de la práctica meditativa. En el mundo interior la atención debe abocarse a reconocer su propia existencia. A dicha práctica la denominamos auto-indagación.
Estudiante: Comentas que observar el interior es observar la atención, pero ¿la atención está en el interior?; si descartamos la atención como una sensación corporal, ¿no ocuparía todo?
Sesha: La atención no es una sensación corporal pero permite ser consciente de la sensación corporal. La atención no solo está dentro, también está fuera, lo que permite ser consciente del mundo. La atención es en verdad una entidad continua, es decir, sin principio, medio ni fin, y de naturaleza no-dual, es decir, permite reconocer no diferenciados a perceptor y percibido.
Evidentemente, por no ser corporal, lo ocupa todo. La actividad mental, y su conformación primaria actual, delimita en forma de contenidos mentales independientes la cognición, imprimiendo un sentido de diferenciación entre conocedor y conocido.
Estudiante: Cuando posamos la atención en la atención, ¿donde está situada esta atención?, ¿no abarca todo el espacio?, ¿acaso no desaparece el concepto interior?
Sesha: Efectivamente, cuando posas la atención en la atención, tu nueva casa es un inmenso vacío que todo lo llena en tu interior. Sin embargo, antes de que llegues a esa experiencia es frecuente ser testigo de la ausencia de contenidos mentales, entonces puedes ver en tu interior diferencia entre quien atiende y el continuo de vacío atendido.