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No escogemos ir a la fantasía, ella nos escoge

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Estudiante: ¿Cómo sabes que un pensamiento se ha terminado por el hecho de descubrirlo?

Sesha: La práctica simple de la propia percepción interior ofrece comprensiones al igual que lo hace el mundo externo. En el mundo externo tienes suficientes garantías que apoyan el descubrir de sus procesos; al igual pasa en el mundo interior. Si notas que tu atención discurre en la fantasía y permanece allí ininterrumpidamente, podrás advertir con suma facilidad que el momento de su disolución coincide con la comprensión que tienes de ser experimentador ajeno de ella.

Estudiante: Comentas que «Somos totalmente impotentes ante la aparición de los contenidos mentales», entonces, ¿qué podemos hacer?, ¿solo observarlos?

Sesha: Observar los contenidos mentales cuando no hacen parte del presente es una forma correcta de gestionar el mundo interior. De no ser así, la fantasía empezará a irrumpir y con ella el descontrol mental.

No es posible evitar el constante desencadenamiento reflexivo de la mente, pues el sistema nervioso del ser humano, al igual que sus funciones mentales, es aún muy inestable, demasiado inmaduro todavía.

Estudiante: Comentas que «La fantasía es todo lo que no merece ser atendido». ¿Y cuando la fantasía es fuente de inspiración o se transforma en algo artístico?

Sesha: Si se trasforma en algo artístico es por la fuerza de la direccionalidad consciente en forma de imaginación.

Estudiante: Comentas que «No escogemos ir a la fantasía, ella nos escoge», y me pregunto: ¿y si tu forma de vida es crear tramas, personajes y mentiras? Domando las olas de mi mente, ¿seguiré creando?

Sesha: A quien la fantasía escoge, no es diferente de la fantasía misma.