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No busques una meta

No busques una meta; deslízate por tu interioridad como quien busca con capacidad de sorprenderse. Realiza tu práctica como algo único, como si cada vez viajaras por un nuevo universo interior que está por conocer. Evita sistematizar y evocar pasos que presupones deben acontecer. No manipules la experiencia. Al igual que en un viaje, permítele al paisaje aparecer sin que intentes traerlo. No te esfuerces por que ocurra uno u otro hecho. Simplemente aprende a situarte en actitud de estar Presente, en la expectativa de lo que acontece “dentro” de ti mismo.

No intentes llegar al sitio o a la experiencia interior que alguna vez lograste en alguna otra práctica. Desecha, inclusive, tu sed de iluminación, pues aún tal anhelo es un obstáculo a la espontaneidad del Presente. El Presente no se hace a voluntad; simplemente, fluye en forma de “aquí y ahora” y es atrapado sin esfuerzo en el acto de la cognición en forma de atención en sí misma.

No desesperes si no logras sumirte en el maravilloso mundo de la No-dualidad. Pueden pasar días, meses, años o vidas antes que aprendas a Ser sin querer “ser algo”. La Meditación, aunque no requiere de una preparación previa, es enfrentada con mayor seguridad psicológica por quien ha librado la dura batalla mediante la disciplina de la práctica diaria.