Manas es la función que determina la fluctuación de la memoria, actividad que introduce la posibilidad de accesibilidad continua a la memoria y que se experimenta como movimiento mental. Manas, esencialmente, es el instante de duda previo al conocimiento.
Manas se parece más a un instante de miedo, donde la mente opera sin sostén alguno. El miedo impide cualquier certeza (budhi) y ahoga a quien lo siente en una vorágine de sensaciones que se sobreimponen unas a otras sin ningún tipo de claridad consciente. Otro tipo de actividad mental manásica es la emoción, cuando dicho sobresalto no posee ni dirección ni sentido. La ejemplificación más clara del manas son las constantes e inquietas olas del mar, cuya representación simbólica se asimila a la constante movilidad de la mente.
Intenta por unos instantes cerrar los ojos y observar tu mundo interior. Evita la aparición de pensamientos y sentimientos en la esfera consciente, es decir, anula la posibilidad de ser consciente de cualquier recuerdo. Mientras esto anhelas, notarás cómo tu mente se arremolina impidiendo cualquier momento de quietud. Después de un par de minutos, la mente evocará recuerdos sin el más mínimo control; te verás abocado a mundos y recuerdos de los que no podrás salir ni los cuales podrás controlar. La actividad que provoca la aparición de recuerdos uno tras otro, con o sin correlación alguna, se denomina manas. Cuando hay correlación entre los recuerdos y aparece cierto orden, entonces le denominamos “raciocinio”; si dicha correlación es diestra y ordenada solemos llamarla “lógica”, pero cuando hay completo desorden en su aparición entonces le denominamos “duda” o “desesperación”, a causa de la falta de control mental con la que fluyen los recuerdos.