Sesha: Experimenta tu alrededor, observa los múltiples entes que componen este instante. Tus cinco sentidos sirven de puente con el mundo externo. Todos se reconocen gracias a que la mente los interpreta.
La condición excepcional que impulsa en ti el “conocimiento” y “autoconocimiento” de los contenidos internos o externos, se denomina conciencia.
Estudiante: Soy capaz de observar el mundo, y al conocerlo me reconozco a mí mismo conociéndolo.
Sesha: Los sentidos son tus instrumentos de enlace con el mundo. La mente se asocia a los contenidos externos, tal como una isla extiende cinco diferentes puentes para enlazar el mundo más allá del foso que la rodea. Si, en cambio, logras voluntariamente desconectar los sentidos, serás testigo mudo de tu mundo interior y podrás conocer también tus propios contenidos interiores.
Estudiante: Es claro, puedo conocer el mundo y tener consciencia de hacerlo; en su defecto, me es posible tener consciencia de mis propios contenidos internos y ser consciente de hacerlo.
Sesha: Exactamente. En ambos casos la naturaleza de la Conciencia aflora como un “Saber y un Saber que se sabe”.
Nota cómo, espontáneamente y sin esfuerzo alguno, eres consciente del mundo que aflora durante este instante en la sala que te acoge a ti y a tus compañeros. ¿Es necesario algún tipo de esfuerzo volitivo para conocerme o reconocerte, mientras tus sentidos se posan en mí o en tu mundo interior durante este Presente?
Estudiante: No, ningún esfuerzo. Tú y los demás compañeros, junto con los Objetos de esta sala, son “conocidos” sin ningún esfuerzo de mi parte. Puedo simultáneamente reconocerme como “conocedor” de lo “conocido”.
