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Los acontecimientos que se sucedieron

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Todo acontecimiento que ha sucedido alguna vez fue parte de un Presente. Cualquier evento experimentado en alguna ocasión fluyó como parte de “un aquí y un ahora”. ¿Qué hace que un acontecimiento del Presente se transforme en pasado? ¿Qué condición propia del ser humano convierte un hecho que acontece en uno “acontecido”?

La respuesta ha de hallarse en el instrumento mental, específicamente en la actividad de la memoria que, al atrapar el acontecimiento y circunscribirlo a una región definible e interpretable con “nombre” y “forma”, lo transforma en pasado. La actividad principal de la memoria es evitar que un suceso experimentado sea olvidado.

La universalidad de contenidos que emergen en el Presente, en un instante cualquiera, es infinita. La mente, mediante el mecanismo de la memoria, delimita una región cualquiera de la universalidad que emerge, diferenciando la región no delimitada de la delimitada. Así, entonces, la nueva región de información limitada, cuya naturaleza esencial es memoria, goza de la caracterización de “nombre” y “forma” como atributos primarios de diferenciación y realidad.

Todo juicio emitido por la mente va asociado necesariamente a “nombre” y “forma”1. “Nombre” y “forma”, genera una frontera entre el conjunto universo propio del Presente y la información escogida que hace parte del pasado. El simple hecho de definir mediante “nombre” y “forma” cualquier acontecimiento que fluye en el Presente hace que la región delimitada se diferencie del resto de la totalidad que fluye. Gracias a esta circunstancia, el acontecimiento que fluye en el Presente no diferenciado puede ser fijado en forma de memoria y ser circunscrito a una región con “nombre” y “forma”, para posteriormente ser evocado a voluntad por el individuo

1En sánscrito: Nama y rupa