La respiración posee cuatro ritmos: inhalación, retención de la inhalación, expulsión, retención de la expulsión. A medida que la mente se aquieta, la inhalación y la expulsión bajan su intensidad, mientras que la retención de la expulsión se hace más larga que la retención de la inhalación. Ello ocurre espontáneamente mientras practicas de forma correcta. Una errónea forma de respirar lleva a pensar más o al sueño.
En la medida que el ritmo de la expulsión sea mayor que el de la inhalación se induce el sueño. Observa que el tiempo de exhalación de alguien dormido es mayor que el tiempo de inhalación de aire.
El sueño es consecuencia de cómo enfrentas la vida cotidiana. Si huyes de los conflictos y evitas tomar decisiones, tu mente se acostumbrará a esconderse. Al cerrar los ojos e intentar abordar tu interioridad meditativa, el hábito de esconderte se plasmará como sueño, esto es, como la consabida huida que realizas en tu vida cotidiana. Toma decisiones, enfrenta los problemas y notarás cómo mejora la calidad de tu práctica interior.