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La práctica interior es el espejo donde detectas el conflicto

Estudiante: Cuando medito con intensidad y frecuencia, me ha ocurridos varias veces, que siento mi mente dividida. Es como si una parte se hiciera cargo de “yo”, y la otra observa, pero en pánico. Es una situación psicótica y tengo que parar y tocar tierra para salir. Me han dicho que debo meditar más, ¿es así?

Sesha: La disociación que experimentas procede de tu vida cotidiana, es allí donde está produciéndose tu paranoia. La práctica interior no es la causa del conflicto, pero sí es el espejo donde fácilmente lo detectas. Viajar a tu interior lleva a conocer tus propios laberintos mentales. No es suficiente con meditar, debes ordenar y gestionar correctamente tu mente en la vida cotidiana. Ordenar implica tomar la serie de decisiones que tengas pendientes y determinar cuáles son las pautas por la que tu vida ha de seguir. La meditación es limitada por tus propios hábitos mentales, pero los hábitos mentales pueden reducirse a cenizas por tu profundas comprensiones.

Estudiante: Cada mañana me siento 30 minutos a practicar. De los 30 minutos, 29 y medio estoy perdido inmerso en mis pensamientos. Cuando me doy cuenta de ello y me instalo momentáneamente en el aquí y el ahora, surge un instante fugaz de calma en mí, pero a la velocidad de la luz vuelve a surgir otro pensamiento (a menudo secuencia de pensamientos). ¿Algún consejo para favorecer la presencia?, ¿cómo evitar perderme tanto en el pensamiento durante mi rato de práctica?

Sesha: La fantasía es un desorden cognitivo muy frecuente en el género humano. Deviene de los hábitos erróneos de cognición con los que hemos sido educados. Por ser hábitos responden al refuerzo o a su ausencia. Intenta reconocer cuando te has “ido” y regresa lo más pronto posible al presente. No luches por ganar ni te sientas menos por no lograrlo. Ten paciencia. Lentamente, día a día, durante meses y años, verás el cambio.