Desafortunadamente, la experiencia dicta que para el común de las personas el samadhi resulta inalcanzable, inaccesible como objeto esencial de ayuda psicológica. Ante esta evidencia, los advaitines plantearon una vía alternativa fundamentada en una afirmación que, a priori, pudiera parecer elemental e incluso un poco tonta: un hábito no crece si no se lo alimenta. Las consecuencias que pueden derivarse de esta afirmación son inmensas.
Hemos mencionado que las tendencias mentales tienden a autoafirmarse si se las refuerza, pasando por diversas gradaciones hasta alcanzar, eventualmente, la que hemos denominado “samskara”. Para reforzar un hábito se requiere alimentarlo pensando en él o en cualquiera de sus simetrías constitutivas. Dicho alimento, mediante el pensamiento constante, se denomina “refuerzo”. Un hábito que no se alimenta pensándolo no crece; tampoco desaparece, pero no crece, y ya esto es muy importante. Los hábitos mentales no mueren por no alimentarse; simplemente, otros samskaras que sí se alimentan los superan. Es decir, un hábito que no se refuerza podrá convertirse en sankalpa o vasana, pero jamás llegará a samskara, a convertirse en una tendencia firme e involuntaria. Así hay hábitos que, por no ser alimentados, quedan adormecidos en la noche de los tiempos, como algunos microorganismos que son capaces de activarse después de un período prolongado de hibernación, o algunas semillas que, pasados incluso muchos años, germinan al ser sembradas y regadas. De esta manera los hábitos, en forma de vrittis, sankalpas y vasanas, quedan latentes, pasando a configurar el denominado “sanchita karma”, el conjunto de tendencias pendientes de actualización, a diferencia del prarabdha karma, que son las tendencias actualizadas en forma de samskaras en un lapso de vida determinado. Tarde o temprano, de una manera u otra, el karma encuentra la forma para que una persona tenga que compensar el impulso de todo hábito a emerger. Así aparecen enfermedades, accidentes y situaciones ante las que no cabe otra opción válida más que la de ser vividas y experimentadas.