Meditar implica una sistematización de la cognición. Y, como tal, se plantea para aquellos que requieren de un camino por el cual transitar en su búsqueda de equilibrio interior.
Hay muchas personas que, gracias a sus dotes naturales, logran reaccionar a la vida con una naturalidad inusual. Igualmente hay quienes, enfocados en su cotidianidad, realizan la acción sin esfuerzo alguno. Ellos, sin saberlo, están induciendo un tipo de práctica que lleva a experimentar el mundo sin personalización, tal como ocurre en cualquiera de los estados superiores de cognición.
Si te gusta la música preferirás lugares donde puedas escucharla. Si, en cambio, te apetece la buena comida, encontrarás lugares donde puedas comer a gusto. Igual pasa con la meditación: si te gusta, buscarás la manera de ponerte en contacto con ella, y qué mejor que hacerlo con alguien que haya en sí mismo realizado lo que tú consideras recién es el inicio de tu camino.