La meditación

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· La meditación nació antaño como mecanismo práctico para
navegar por los océanos del ser.
· La meditación trasciende toda alternativa física o mental para
dirigirnos a mundos insospechados, a realidades ocultas tras los
velos del pensamiento, del mismo modo que la espesura de las
nubes velan el inmenso sol durante el día.
· Meditar es, entonces, atreverse a mirar allí donde lo
desconocido guarda secretos sin nombre.
· Meditar es desplegar nuestra conciencia en la propia atención
del perceptor que atestigua.
· Meditar es una forma excepcional de cognición donde se
resquebraja la dualidad cognitiva sujeto-objeto y emerge la
percepción de un universo con infinitas partes pero, sin
diferenciación esencial entre ellas.
· La meditación tiene una esencialidad teórica: asume que la
conciencia es un fluir auto-luminoso, inindagable e
ininterrumpido de la fuerza de saber y saber que se sabe.
Aspectos prácticos de la meditación
· La meta final de la práctica meditativa es lograr una correcta
cognición de la realidad donde quien conoce es no-diferente de
lo conocido.
· El mundo externo se percibe a través de los sentidos; el mundo
interno por el contrario, se experimenta cuando los sentidos
físicos se desconectan.
· La meditación puede ser practicada tanto dentro como fuera
(sin la intermediación sensoria o con los sentidos).
· El samadhi es, básicamente, la suma expresión del más alto
estado de cognición que se alcanza en la meditación.
· Cuando la atención es capaz de operar exclusivamente sobre
los contenidos mentales (memoria), el mundo interior se torna
cada vez más claro y continuo, mientras que el mundo exterior
desaparece rápidamente.
· Lo que permite tomar distancia al observador de los
pensamientos no es un pensamiento de distancia, un
pensamiento de existir o cualquier otro pensamiento, no. Es la
certeza de saber que se está atento, presente.
· Basta cualquier momentánea certeza, cualquier fulgurante
comprensión, por momentánea que sea, para que el
pensamiento que transcurre en ese instante se corte de
inmediato.
· Si el perceptor se diluye en la memoria, esto es, si atiende a los
pensamientos y se sumerge en ellos, se perderá en evocaciones
sin fin, en constructos mentales variados sin orden alguno que
son la esencia del estado de pensamiento.
· El perceptor del estado de observación es un ente que se sabe
existente pero que no requiere definirse a sí mismo
mentalmente.
· El perceptor es la condición autoevidente de la conciencia
individual, una autoevidencia que se torna consistente cuando
nos hallamos en estado de observación.
· Posar la atención sobre quién atiende crea un nuevo vislumbre
de realidad que da nacimiento a un perceptor que conoce y,
simultáneamente, se conoce a sí mismo conociéndose.
La Conciencia
· La conciencia no-diferenciada emerge como individual sólo en
algunos determinados estados de conciencia.
· No hay nada que sea independiente de la conciencia que
percibe.
· La atención es el aspecto dinámico de la conciencia y gracias a
ella conocemos aquello que atendemos.
· El universo que la conciencia individual detecta es cambiante,
impermanente y evoluciona hacia una nueva forma o aspecto.