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La libertad estriba en no crear futuro

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No existe futuro independiente de un acto que realices ahora. Ser diestro en la acción implica vivir “ahora” sin generar futuro.

Cuando no entiendas algo, déjate guiar por la naturaleza; ella, con seguridad, es más sabia. Nota cómo las estaciones se suceden te guste o no; nota incluso cómo, pese a tu voluntad de que no ocurra, el cabello de tu cabeza crece cada vez más espaciado. Tampoco regulas a voluntad la temperatura de tu cuerpo; el proceso continuo de mitosis que permite la reproducción de todas las células de tu cuerpo ocurre pese a ti. Dime, ¿qué controlas de tu cuerpo?, ¿tal vez escoges las prendas y el color al vestirte?.

Incluso las prendas y el color los decides por el gusto que tus hábitos te inducen a escoger. De no ser así, te sería igual vestirte con ropa de hombre o de mujer, o simplemente andar desnudo.

No decidiste nacer, simplemente ocurrió; tampoco decides enfermar ni morir, simplemente acontece. Crees que tienes voluntad, pero tu voluntad realmente es tan solo el pensamiento de creer que actúas. Así como crees que eres dueño de tu apartamento, así crees que eres dueño de tus actos. Lo que te da pertenencia sobre tu apartamento es una escritura notarial; sin dicha escritura no puedes probar que te pertenece. ¿Crees que tus acciones pertenecen a un “yo” que realiza a voluntad la acción? Muéstrame las escrituras notariales que certifican la pertenencia de los actos que realizas. No haces nada, nunca lo haces y nunca lo harás. Juegas en el sueño de tu mente a ser actor y mantienes la constante pesadilla de creerlo. En esencia no te diferencias de cualquier loco ingresado en un manicomio; ellos ven como válida su realidad; tú y muchos más, miles más, millones más, veis como válido el mundo dual. Pese a creer, como ellos, que el mundo dual es real, no tienes el más mínimo control de ninguno de sus procesos. Te lo planteo de esta manera: crees como real un mundo que no controlas y del cual eres su esclavo.