Según la gradación de cualquiera de las tres gunas, es posible describir los más diversos aspectos de la mente. Desarrollando el tema podemos profundizar diciendo que chitta, la memoria, según manifieste un aspecto tamas-tamas, puede expresarse como memoria instintiva; según sea tamas-rajas, puede plantearse como memoria sensoria; aplicándose a tamas-satva, se expresa como aplicada a la memoria eficiente.
Así, definiendo el acto que coloquialmente denominamos “pensar”, notamos que es una mezcla de información fijada por la actividad chitta acompañada por la capacidad de procesamiento y comparación que infunde manas, y todo ello en paquetes interrelacionados y fraccionados gracias a la función ahamkara, que finalmente se hacen conscientes debido a la expresión de la actividad budhi de la mente.
La capacidad de fijar información, chitta, por parte de la mente es virtualmente ilimitada, lo que hace que el cúmulo de memoria deba configurarse en dos aspectos: consciente e inconsciente. Teóricamente es factible pensar en cualquier cosa, sin embargo, el refuerzo de plantear repetitivamente un tipo especial de pensamiento hace que algunas fracciones de memoria se distingan sobre las restantes, de manera que es fácil constatar que la mente llega a procesar similares tipos de información, haciendo que estos cobren relevancia. He aquí la clave que da pie a la generación de los hábitos mentales en sus diversas gamas de intensidad: el afianzamiento de un tipo específico de información genera una continuidad, una preponderancia de él sobre los restantes.