Cuando se navega por los océanos del Nirvikalpa Samadhi, cuyas playas no lo limitan jamás y cuyas olas nacen y mueren como universos que aparecen y desaparecen, es posible constatar que en dicho estado de percepción no existe meta alguna por alcanzar. La Conciencia Absoluta No-dual, a la que suele denominarse Brahman, detecta todos los recodos del universo de forma simultánea avizorando el más mínimo cambio que ondea en él. Tiempo y espacio son variables posteriores a la Conciencia misma; tiempo y espacio no forjan partes ni se fraccionan en pasado o futuro. Allí, en el Nirvikalpa, el ojo que conoce todo lo ve, el oído que escucha todo lo oye y el tacto que siente todo lo toca. La mágica ordenación de un universo interrelacionado por la Conciencia se nota activo pero, a la vez, nada en él se mueve.
Para la Conciencia No-dual del videhanmukta, ahora convertido en el mismo Brahman, el universo es inmoble y a la vez moviente, pero aun ante el mismo cambio todo es siempre idéntico y sin modificación. Sin embargo, para los restantes seres envueltos por maya, el tiempo los dirige hacia el futuro y el espacio los diversifica en innumerables partes. Emerge una sola realidad con diversas formas de interpretación: la dual y la No-dual