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La espiritualidad puede derivar en un hábito mental

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Estudiante: ¿Podría considerarse la espiritualidad como un samskara?

Sesha: Sí, claro. La espiritualidad entendida como búsqueda personal, interior, como una forma de respuesta específica que prevalece sobre otras direccionando el cuerpo, el prana y la mente puede entenderse, evidentemente, como un samskara. Si la tendencia a la espiritualidad se proyecta desde la mente como una búsqueda donde hay un “buscador”, esa manera de entender la espiritualidad puede derivar en un hábito mental, claro que sí.

Estudiante: Siempre estamos sujetos a profundos samskaras, ¿cómo instalarse en el presente sin que ninguno de ellos intervenga?

Sesha: Lo que verdaderamente somos es Conciencia, y la Conciencia es aquello sobre lo que el samskara vive, como una ola vive sobre la superficie del mar. La pregunta parece lógica y coherente pero realmente es improcedente porque lleva implícita un error: presupone que somos samskaras. Si presuponemos que nuestra forma de ser y de existir se da exclusivamente con base a ellos, entonces nos abocaríamos a una sin salida, puesto que para erradicar los hábitos tendríamos que recurrir a otro de ellos y nos veríamos atrapados en un círculo vicioso.

Lo que planteamos es que en la mente, entre pensamiento y pensamiento hay un momento de quietud. Dicho momento podrá ser más largo o más corto, pero siempre existe la probabilidad de presenciar la conciencia desde esa quietud. Entonces, y siendo mínimamente perspicaces, lo que se advierte desde ese rango de observación interior es que realmente somos “Eso”. Esta presencia situada en el segmento entre pensamientos no es más que un primer atisbo de lo que llamamos “Conciencia”.

Volviendo al inicio de la respuesta, lo que somos es Conciencia, no los samskaras. La Conciencia no está predeterminada en función de los samskaras, sino que estos están predeterminados en función de la existencia que la Conciencia les provee, como las olas deben su existencia al mar que las sostiene y sobre el que flotan. La pregunta, en realidad, debería plantearse en términos de si es difícil erradicar la “creencia” de que somos samskaras. Entonces la respuesta podría tomar otro sesgo, en el sentido de que esa creencia es tan erradicable como cualquier creencia que pueda aparecer en un sueño.

El samskara no existe sin que la Conciencia lo sostenga. Lo que se sugiere es detectar la Conciencia adiestrándose en la percepción del presente, y una vía recurrente en este sentido es la promoción del aprendizaje a través de la novedad, el asombro y la sorpresa. La vida reporta continuamente elementos, momentos y circunstancias que, salvo que el perceptor sufra algún tipo de trastorno, abocan de forma natural a la novedad, al aprendizaje, vale decir al Presente. En esa quietud percibimos claramente que no somos la mente, que no somos los samskaras, y desde ahí puede iniciarse el camino a la Libertad.