De acuerdo al limitante de Frontera, la práctica de la Observación interior se realiza asociada a los contenidos situados “dentro”. “Dentro” existen emociones, pensamientos, sentimientos. “Dentro” hay dos tipos de contenidos: los asociados a la franja Causal Pasado-Futuro y a la realidad No-dual del Presente.
La Observación interior solamente advierte como válidos los contenidos interiores que hacen parte del “aquí y del ahora”. En cambio, los estados de Sueño y Pensamiento, advierten como válidos los contenidos interiores que fluyen en la franja Pasado-Futuro.
Observar interiormente implica, entre otras cosas, apresar contenidos que están aconteciendo no detectados por los cinco sentidos físicos.
Cualquier contenido percibido mediante los sentidos físicos impide la correcta práctica de Observación interior, y debe evitarse. Por ejemplo: detectar cualquier parte del cuerpo, ruidos, voces, observar luminosidad o sombras con la vista, etcétera.
El mundo que emerge en la Observación interior es totalmente ideal y está aconteciendo; cualquier apreciación sensoria externa es errónea y debe evitarse.
Pero ¿qué implica un mundo ideal que está aconteciendo?
Implica que los contenidos interiores han de representarse a la cognición como Particulares. Esto es: todo contenido mental que sea experimentado en el mundo interior debe permanecer con distancia respecto al Sujeto que lo conoce; es decir, el Sujeto debe atestiguar que él no es el Objeto conocido. En caso de Totalizar la percepción interior, emerge otro estado de conciencia: el estado de Pensamiento. Allí el Sujeto se atestigua unificado con el Objeto, asumiendo sus características.