Debemos entender que, para el análisis del Advaita, la conciencia es un continuo que se parece, desde el punto de vista físico, a la naturaleza continua del espacio. El espacio es un continuo completamente homogéneo, esto es, en ningún objeto, ni entre objetos, existe mayor densidad de espacio. De igual manera se advierte la conciencia. La conciencia es un continuo homogéneo que al conocer no diferencia entre conocedor y conocido, pero advierte objetos y sujetos. Los advierte de igual manera a como el espacio sostiene diversos contenidos, pero ninguno de ellos incide sobre la continuidad ni homogeneidad de su naturaleza esencial.
Nada queda aparte de la conciencia, como nada hay en el universo que no contenga espacio. La sustancia de la materia ha de ser, finalmente, una manifestación de la conciencia No-dual. Sin embargo, dicha afirmación sólo puede verificarse en los más altos procesos cognitivos no-duales, en aquellos que hacen parte de la cognición asociada a la Meditación.
En la representación cognitiva dual de cualquier sujeto, en cuya naturaleza mental existe aún sentido del “yo”, cabe la afirmación, según la física, de creer que el universo material es la sustanciación de la energía, y que dicha energía evoluciona en tiempo y espacio dotando de características variadas al proceso creativo. Se acepta científicamente que la energía se transforme pero no se destruya. Así entonces, la energía es la base sustancial de la materia y de todo lo existente en el universo.