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La Conciencia y la Ignorancia

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Estudiante: ¿Cómo evadir la ignorancia? ¿Acaso la conciencia la transforma?

Sesha: No existe la ignorancia, porque si sabes que no sabes, ya algo sabes. Nadie es ignorante, en el sentido de que «ya sabiendo que no sabe», ello implica un tipo específico de conocimiento y, por lo tanto, de conciencia.

La naturaleza de la conciencia no tiene que ver con la condición de la ignorancia. La conciencia es un continuo flujo de saber no-diferenciado. Por lo tanto no existe esencialmente la ignorancia. La conciencia campea por doquier, en todo habita, es la sustancia esencial de todo lo existente. Pregúntate: ¿qué es aquello cuya negación produce la ignorancia? No puede ser el saber, puesto que ser consciente de negar el saber es un acto de conocimiento.

La ignorancia es un término acuñado para advertir la aparente realidad que provoca una percepción ilusoria. Tal como el caminante que al dirigir su vista a una cuerda depositada a la vera del camino observa una serpiente, de la misma manera la ignorancia asociada a su percepción advierte como válido algo inexistente. La conciencia campea sobre una falsa percepción sosteniéndola, al igual que el acto consciente del caminante advierte como real una ilusoria serpiente.

La naturaleza de la conciencia es tal que ni siquiera requiere la presencia de tu propio yo. El sentirse consciente de un evento y sumarse a él como dueño de lo conocido es algo que también sobra. La conciencia es capaz de asumir el control de lo conocido y formular una respuesta activa y pensante con suficiente orden.

La ignorancia tiene la validez que depara el hecho de creer que existe. La creencia de la existencia de lo ilusorio es otorgada por la conciencia. La ignorancia requiere de un ignorante, mientras que la conciencia no requiere de un yo.