La complejidad de la mente es tal que encontrar algoritmos, es decir, secuencias lógicas que interpreten su funcionamiento y que permitan establecer leyes que lleven a la predicción de su actividad es algo prácticamente imposible. Por ello, los estudiosos han intentado volcar sus expectativas en el análisis fisiológico de las funciones cerebrales buscando desmenuzar al detalle sus componentes.
Las indagaciones en la fisiología del sistema nervioso y del funcionamiento cerebral se han convertido en el eje de estudio de la comunidad científica. Los inmensos adelantos en el campo de la neurociencia han permitido avizorar aspectos desconocidos del cerebro. Desmenuzar el cerebro en sus diversas funciones se ha convertido en el método más seguro para buscar entender su propio funcionamiento. Todo análisis se realiza a nivel físico, pues no existen herramientas que expresen un modelo de la mente en el terreno mismo de las ideas.
No existe un modelo occidental de la mente que tenga la solidez propia del análisis fisiológico que sí se hace del cerebro. Las escuelas de psicología han intentado formar modelos que incluyen una sistematización donde dan cabida a ideas como: “inconsciente”, “ego”, “personalidad” y cientos más. Sin embargo, ninguno de estos modelos posee la condición de descifrar enteramente el comportamiento humano.
A su vez, el primer atisbo de análisis de la mente que Oriente realizó tuvo que ver con la descripción que Patanjali hizo de las diversas formas de cognición superior que existen en el ser humano.