Estudiante: Controlar la postura y movimiento corporal, atendiendo por ejemplo, a cómo se sirve un vaso de agua, controlando la forma en que se está haciendo, ¿es karma yoga? En caso contrario, ¿es conducente, según tu experiencia, como práctica?
Sesha: Así es. La atención dispuesta convenientemente en el presente es el objeto fundamental del desarrollo interior. Cuando en la acción no existe ni sentido de fruto por su realización ni sentido egoico de quien la ejecuta, la denominamos recta acción o karma yoga.
Cualquier acción es karma yoga si cumple con estas dos condiciones previas. Sin embargo, el estar atento tú a un vaso de agua no es por sí mismo karma yoga, es atención voluntaria y tan solo produce hábito. El secreto es proyectar con tal intensidad tu atención en el objeto externo, que la atención se repliegue totalmente sobre este y desalojes al perceptor de la cognición. Eso sí es karma yoga.
Estudiante: En tu libro “Meditación, teoría y práctica” leí algo que me produjo cierta confusión. En un pasaje dices: “La destreza de la práctica no está ni en el flujo respiratorio que manejes ni en la postura física que adoptes. Todo reside en la actitud con la que adviertes tu mundo interior o exterior…”. Sin embargo, más adelante agregas: “Se busca que la columna vertebral esté erguida, pues de esa manera el peso del tronco y la cabeza se traslada a la cadera y piernas. Una columna no erguida obliga a que la musculatura del torso se active, llevando con los minutos al dolor insufrible que obliga al sentido del tacto a reconocer las molestias y, con ello, el mundo externo” ¿Hay contradicción en dichas afirmaciones?
Sesha: Para lograr una actitud interna correcta deben desconectarse los sentidos, razón por la cual se sugiere una postura cómoda, pero la postura por sí misma no te llevará a un proceso meditativo.