Cada organismo reacciona de forma diferente al alimento que ingiere. No es necesario ser vegetariano. Ser vegetariano es una decisión de ahimsa, de no violencia ante el reino animal. No comer carne favorece a algunos animales, pero no necesariamente ayuda a ralentizar la mente ni a despertar la actitud correcta para observar los pensamientos, desvanecerlos y luego detectar la continua ausencia de contenidos mentales.
Hay alimentos más pesados, con carga tamásica, y pueden o no intoxicar más o menos al cuerpo. El problema no es lo que entra a tu boca sino lo que sale de ella. Tu excesiva dependencia de lo que comes puede convertirse en un foco de lucha en el que la mente gira como trompo sin detenerse. Mientras puedas comer sano hazlo; tu cuerpo, según sea tu condición, te lo agradecerá. Pero has de saber que no es el alimento la causa de la quietud mental.