El funcionamiento de la mente, según el Advaita, se basa en un modelo completamente diferente al que la filosofía y la psicología occidentales usan como referencia de su estudio. Para Occidente la actividad mental puede asimilarse a un continuo fluir, tal como lo hace una fuente de la cual brota incesantemente agua. Jamás se plantea ningún tipo de discontinuidad en el proceso mental, razón por la cual se plantea que un pensamiento va necesariamente seguido del siguiente, como una gota de agua va unida a la anterior y a la siguiente mientras fluye en el cauce de un río.
Para el Advaita el modelo del funcionamiento mental es otro: un pensamiento va espaciado al siguiente, creando una momentánea y fugaz segmentación. El modelo podría asimilarse a los fotogramas de un filme de celulosa, en donde cada fotograma sigue al previo y este al anterior intercalados con pequeños espacios de vacío de imágenes. Sin embargo, tal vez el ejemplo más claro para mostrar la relación mente-conciencia es la representación de un collar de cuentas. Las cuentas del collar están separadas entre sí por un nudo que provee la cuerda que las sostiene; dicha cuerda es un continuo que sostiene la totalidad de las cuentas del collar. Cada cuenta representa un pensamiento y la cuerda la conciencia. Así, la mente se manifiesta segmentadamente aunque la conciencia es completamente continua. Por tal razón, es posible establecerse entre pensamiento y pensamiento sin que perdamos la conciencia de Ser, puesto que la conciencia perdura siempre entre la inexistencia de pensamientos o también mientras estos existan.