Para el Advaita, la realización de todo tipo de acciones asociadas al presente debe entenderse, metafóricamente, como un tipo de lenguaje que se expresa constantemente en infinitivo. Es decir, debemos realizar toda acción sin que la mente decline al actor de la acción.
Cuando se realiza cualquier acción, física o mental, es decir, cuando el cuerpo actúa y la mente interpreta dicha actividad, solemos suponer cualquiera de las siguientes posibilidades; yo actúo, tú actúas, el actúa, nosotros actuamos, vosotros actuáis, ellos actúan. Presuponemos de base que existe un propietario de la acción “actuar”. Nunca solemos armar gramaticalmente una frase que posea sujeto y predicado en la que se realice la acción y no exista actor. Por esa razón no nos expresamos en infinitivo, pues esta manera de hablar despersonaliza la acción.
Esta despersonalización de la acción es la que busca el Advaita. El presente es una completa despersonalización de la acción, donde esta se realiza sin que se plantee un actor.