En la física existe un término denominado “simetría” que intenta explicar la invariancia de un sistema cerrado, aduciendo que las fuerzas de la naturaleza (gravitatoria, electromagnética, nuclear fuerte y débil) son tan solo los elementos compensatorios que, sin importar el dinamismo que se presente en un sistema cerrado, mantienen el equilibrio ante el cambio en las variables de estimación (variables medibles) que operan en dicho sistema cerrado.
El concepto de simetría está íntimamente relacionado con las fuerzas de conservación de la naturaleza. La segunda ley de la termodinámica establece por ejemplo, que la integral cerrada de calor de un sistema cualquiera siempre es constante. Sin importar el dinamismo que se presente en un sistema cerrado, la invariancia total del campo lleva a asumir que los diversos cambios que acontecen en él son expresiones simétricas que tan solo operan para equilibrar y compensar la interacción de las variables en concurso.
Es evidente, entonces, que las fuerzas de la naturaleza son variables universales independientes que actúan como expresiones simétricas que hacen parte del entramado mismo de las variables medibles estimadas que cambian en el sistema. Dichas fuerzas de la naturaleza se presentan, por tanto, como parte de una red de interacciones que danzan al unísono impulsando el equilibrio y la invariancia de los sistemas cerrados.
En la filosofía Advaita existe un concepto que describe la realidad y la cognición con una idea similar a la que plantea la física acerca del dinamismo en los campos cerrados, y que relaciona estrechamente los eventos de forma integrada, manifestando también una tendencia a la unidad e invariancia del sistema cognitivo. Nos referimos al concepto de No-dualidad.