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Estados de conciencia: Meditación (I)

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He aquí el néctar de la cognición real, el estado más extraño y maravilloso de todos cuantos es posible experimentar con relación al mundo. La característica fundamental del estado de Meditación es la vivencia de la experiencia No-dual asociada a un campo abierto.

En la Meditación se hace presente la suma de los eventos existentes en el universo. Toda la información existente, en la medida en que el estado se hace más profundo, se incluye paso a paso hasta convertirse en la suma total de lo existente. En la medida en que la Concentración se afianza obteniendo cada vez mayor inercia, la mente adquiere una nueva forma de cognición gracias a que los potenciales eventos que conformaban el complemento del campo en la Concentración ahora sí pueden experimentarse. Toda la información que en la Concentración no se experimentaba y que no hacía parte del individuo ni del mundo sensorio que lo rodeaba ahora se vislumbra con claridad meridiana. El universo, en el conjunto total de la información que lo constituye, se experimenta a sí mismo en todo lugar y tiempo. Simultaneidad de tiempo y ubicuidad espacial de todo lo potencialmente conocido es la característica de la Meditación.

Concentración y Meditación hacen parte de dos de las cinco modalidades con las que es posible reinterpretar mentalmente el mundo. El mundo experimentado desde la perspectiva No-dual conlleva una viveza sin igual. Todo el universo se conoce de manera viva a sí mismo. El orden de realidad que expresa dicha cognición es tan intenso que no es posible encontrar a ciencia cierta un tipo de realidad más firme que esta.