No existen acciones buenas por sí mismas ni acciones malas por sí mismas. Es el desarrollo de la filosofía o del sistema teológico el que ha determinado esa condición. Las acciones no son malas por sí, ni buenas por sí mismas. Desde la perspectiva del Advaita no existe ninguna acción que por sí misma prevalezca sobre las demás. Sin embargo, se le ha entregado a la ética y la moral la determinación de si una acción es negativa o de si es correcta.
En el sistema de pensamiento Advaita la acción no esta supeditada a una axiología, es decir, a una categorización. Planteamos la moral desde un aspecto diferente, hablamos de las acciones que se encadenan entre ellas porque existe un intermediario que las relaciona.
El “yo” es el encadenante de la acción. Encadenar implica que las acciones realizadas generen consecuencias en las que también exista sentido de poseedor de la acción.
Al encadenamiento de la acción lo denominamos karma, y a las acciones que no se encadenan a sus consecuencias debido a la ausencia del “yo” cuando se las realiza o conoce, las denominamos dhármicas. Afirmamos que lo “correcto” es el dharma, pues no hay sentido del “yo” en la acción física o mental