El Sujeto es una entidad ideal, los órganos sensorios son materiales. El Sujeto “dentro”1 debe reconocerse únicamente como testigo de sí mismo. El Sujeto “fuera” debe atrapar el mundo mediante los órganos sensorios e interpretarlo sin presencia de yoidad. ¡No le es necesario al “yo” entender, basta que la Conciencia conozca!2
Sentirse como Sujeto estando “dentro”, es la forma más común en la que el ser humano actúa mientras opera en estado de vigilia asociado al mundo externo. El ser humano se siente como ente limitado y diferenciado del mundo externo a causa de la identificación de la conciencia individual con el cuerpo físico y con los sentidos. Asociarse conscientemente al cuerpo y a los sentidos le implica, al Sujeto, diferenciarse respecto al ambiente externo que los sentidos reconocen. ¿Qué delimita al Sujeto y su organismo físico respecto al mundo externo? La frontera sensoria. Estar “dentro” es permanecer recluido en la frontera sensoria, estar “fuera” es proyectarse y conocer más allá de la frontera sensoria.
La conciencia individual puede también identificarse con los contenidos psíquicos y mentales. Así, el Sujeto, estando “dentro”, se reconoce identificado a su propia historia y a su memoria.
1 Hablamos, lógicamente, de la práctica interior Meditativa. 2 He aquí la esencia de la práctica Meditativa. Entender esta afirmación es entender la esencia de la Meditación.