Estudiante: Hace mas de 3 años tuve una experiencia, pero luego despareció y no volvió más. ¿Podrías decirme que fue eso que experimente?
Repentinamente, un relámpago silencioso y todo se ilumina… La luz es celeste. como el color del cielo, y estoy, literalmente, en medio del cielo… contemplando todo el universo…
No podría decir que “estoy” porque literalmente desaparecí. No está mi cuerpo… No está mi mente, siempre inquieta y movediza… Estoy disuelto en lo que percibo. Yo, si puede usarse esta palabra en este caso, no soy algo distinto de lo que estoy percibiendo…
Y allí están todos los planetas, todas las galaxias, puedo mirar el rincón del universo que desee con solo enfocar mi atención… Y la sorpresa es mayúscula… La sorpresa da lugar a un sentimiento de beatitud, de profunda gratitud. Algo en mí se pregunta: “¿Por qué este privilegio?” Y también se percibe que no hay tiempo, o que de una manera muy extraña, todo está ahí, toda la historia, todo el futuro. Siento que sé todo, que comprendo todo…
Por todo esto me siento poderoso. Puedo ver todo el cosmos, recorrer todo el tiempo… Y siento deseos de jugar… Me pregunto qué curiosidades podría satisfacer con semejantes poderes, dónde podría hurgar, de qué me querría enterar… Y aparece un sentimiento de profundo respeto, un temor de hacer mal uso de ellos, de no estar preparado para usarlos… Y de la mano de esta aprehensión todo se desvanece…
Sesha: La experiencia que comentas parece referida a un estado profundo de meditación. Las características de integración de lo conocido y de ti mismo la hace ser una experiencia inolvidable de No-dualidad profunda.
Estudiante: ¿Podría ser que la gente tuviese miedo a no pensar ?
Sesha: El no pensar, como resultado de una práctica meditativa, produce una integración de la memoria que implica aunar conscientemente elementos inconscientes; instinto, inconsciente y mecanismos involuntarios se hacen presentes en dichos momentos, razón por la cual fácilmente se presenta un irreverente temor.