El futuro es la mayor falacia e implica la más grande falta de confianza en sí mismo. El futuro es tan solo una esperanza que se construye sobre la misma inseguridad del individuo. No existe futuro alguno, no hay posibilidad de crearlo, cambiarlo ni adecuarlo. ¿Cómo cambiar el rumbo de una flecha cuando esta ha sido despedida de la cuerda que la impulsa? El futuro se experimenta cuando se advierte en forma de presente; antes es tan solo una realidad virtual.
La suma de encadenamientos kármicos es la causa del futuro. Los eslabones de la cadena kármica están causados por las acciones obligadas y por la inacción. Es la ausencia de destreza en la realización de los actos lo que lleva a la creación de un futuro psicológico. La continuidad egoica es el resultado del karma y no al revés. El “yo” no nace y produce acciones; el “yo” es el fruto directo de la ignorancia esencial de no percibirse a sí mismo como Real y No-dual. El “yo” se parece al agua, que cambia de estado en los diferentes ciclos de lluvia, evaporación y hielo que acontece en las estaciones. El karma es la silenciosa máquina que pone en movimiento el engranaje de la acción individual y de la experiencia dual, y su fuerza es tomada de la voluntad con la cual el individuo se esfuerza en buscar los resultados de las acciones.