La condición de frontera “fuera” en el estado de observación emerge cuando la mente reconoce, mientras permanece en vigilia, contenidos externos que están aconteciendo en forma de Totalidades; es decir, el Sujeto se fusiona con los Objetos que conoce en el mundo exterior. Mientras el estado de Observación prevalece, los recuerdos no fluyen y el perceptor forma parte del Presente sin crear lazos de causalidad (Karma). Los eventos experimentados “fuera” son reconocidos por la identidad asociada al estado de Observación: el Exín.
Aunque la mente interpreta los contenidos experimentados, no hay un Sujeto con historia que intervenga en ese proceso, como sí es el caso del estado de Pensamiento. El acto de la percepción y del conocimiento se realiza automáticamente, al igual que la digestión o el crecimiento del cabello en el cuerpo humano. La distancia entre Sujeto y Objeto desaparece espontáneamente a los ojos del perceptor. La Observación suele ser un estado puntual de Presente, seguido y antecedido por estados de Pensamiento.
Los contenidos externos aparecen fluyendo momentáneamente en un ambiente temporal asociado al Presente en forma de “aquí y ahora”. No se evidencia causalidad (Karma) mientras existe apreciación de Presente, debido a que el Exín que allí evidencia no posee sentido de yoidad. El Exín actúa sin sentirse actor y no se liga con la acción que realiza.
El Exín no se reconoce a sí mismo actuando y no existe en él sentido de fruto por la acción. El Exín no se reconoce como un devenir histórico, sino como una masa de cognición que conforma lo conocido en el mundo externo. Toda decisión intelectiva respecto al mundo externo emerge espontáneamente sin ser teñida por ningún tipo de yoidad. Cualquier contenido externo que aparece es reconocido sin distancia por el perceptor.
El Exín diluye la distancia al contenido Totalizando la percepción. La interpretación de los contenidos externos se realiza automáticamente, tal como suele ocurrir en el acto de la cognición intuitiva. La estabilidad del estado suele ser mínima y, al igual de lo que ocurre posteriormente al acto puntual de la intuición, el sentido de yoidad emerge nuevamente dando paso a los recuerdos y, con ellos, el estado de Pensamiento.
Cuando el Exín Totaliza la cognición, se aúna al Presente. Cuando el Exín pierde su capacidad Totalizante y Particulariza la cognición, salta a otro estado de conciencia, ya sea el de Pensamiento o el de Sueño, y adopta la identidad de Sujeto o “Sujeto Onírico”, respectivamente.
Todos los contenidos son parte del universo situado “fuera”, es decir, externo a los sentidos físicos. El universo externo se percibe gracias a que los órganos sensorios están conectados. Las fronteras son variables dependiendo del nivel y profundidad del estado de Observación.