Estudiante: Mientras estamos muertos, ¿hay posibilidad de seguir trabajando en la reestructuración del proceso cognitivo o hay que esperar a nacer de nuevo?
Sesha: Cuando acontece la muerte, el cuerpo se degrada a sus componentes físicos básicos, pero la mente continúa integrada en un plano acorde a dicha materia constitutiva. Tiene allí plenas capacidades, tal como en un sueño la mente tiene opción clara de moverse e interactuar consigo misma y el entorno. Allí aprende, conoce y también se arrepiente. De nuevo plasma su fuerza de vida trabajando en actividades afines y en requerimientos pedagógicos. La vida sigue su curso con o sin vehículo físico.
Estudiante: Esto que no es el cuerpo ni es el «yo», y que no se traslada de un cuerpo a otro vida tras vida, y que sin embargo me empuja desde que tengo recuerdo, ese impulso que me lleva a buscar, ¿qué es?
Sesha: Eso» que permanece y es estable no se descubre fácilmente desde una óptica dual. Imagina buscar afanosamente la luz mientras es de noche y revolver en todos los lugares intentando encontrar dicho fulgor. Los mundos donde «Aquello» se revela se insinúan en el momento en que logras deslizarte entre pensamiento y pensamiento y permanecer allí de forma estable. Es allí donde debes buscar, pues de otra manera solo serás testigo de innumerables e irreconciliables paradojas cognitivas.