La conciencia es un continuo, un continuo de cognición cuya esencia es la No-dualidad. Es un continuo que sabe y sabe que sabe, pero en ese saber no se anulan ni el que sabe ni lo sabido, simplemente se reconocen como no-diferentes.
La conciencia no es un pegante que une un pensamiento con otro como el cemento une un ladrillo con otro. Es un continuo que está antes, durante y después de todos y cada uno de los pensamientos. Así, es un continuo que está antes, durante y después de todos y cada uno de los posibles paradigmas cognitivos o estados de conciencia, y se expresa fundamentalmente a través de su cualidad dinámica, la atención.
La conciencia no posee singularidad alguna en ninguna región del universo cognitivo. No hay estados de conciencia donde haya más atención por unidad de área consciente, es decir, no posee diversidad de densidades ni de pesos específicos. Es un continuo sin singularidad alguna cuya esencia cognitiva fundamental se presenta como no-dual.