Viveka es la facultad mental que todo discípulo empieza a desarrollar cuando la lógica, la inteligencia, el razonamiento y demás actividades mentales se ponen en marcha al unísono para crear un seguimiento de ideas que finalmente desembocan en comprensiones altamente metafísicas. Después de haber escuchado la enseñanza de un maestro calificado o simplemente haber leído el párrafo de un libro profundo, el alumno debe hacer un seguimiento de la idea para ensartarla con las restantes ideas que la aclaran. Unos a otros, los conceptos finalmente agrupados sin que estén fraccionados en el tiempo, se juntan para ofrecer un panorama nuevo: la comprensión metafísica, el fino hilo intuitivo que permite «conocer sin personalizar» la esencia de lo filosófico, de Lo Real y de Lo Superior.
Cuando esto se logra, cuando la mente está lo suficientemente organizada, frases como: Tat Vam Asi (tú eres Aquello), Aham Brahmasmi (yo soy Brahman), Aiam Atma Brahman (este Atma es Brahman) y Pragnaman Brahman (la Conciencia es Brahman), dejan de ser ideas bellas e inentendibles para convertirse en fuente de comprensión y bienaventuranza inigualables. La alegría que proclama el verdadero saber posee una textura que se reconoce solamente a sí misma.
Muchas personas usan arbitrariamente frases profundas que estimulan la belleza intelectual, pero en gran medida no advierten la exquisita complejidad que se resguarda en conceptos que se esconden a mentes no preparadas. Abundan las personas que meditan en «yo soy el que Soy», en «Yo soy Brahman» y en un sin fin de estereotipos metafísicos que no entienden. Presumen que saben, pero ignoran la esencia de una enseñanza que no se revela en una mente incapaz de mantener una reflexión profunda.
Cuando tu mente aprenda a «escuchar» la enseñanza de un maestro calificado, sravana, y desarrolle el don de la «reflexión continua» sobre los temas metafísicos aprendidos, manana, entonces finalmente estará lista para el paso siguiente en su búsqueda interior: la meditación.