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Cómo opera la libertad

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Todo suceso actual que vives es necesariamente consecuencia de causas pretéritas. Sin embargo, te crees eligiendo entre una y otra situación cualquiera, cuando en el fondo ese acontecer aparece espontáneamente como consecuencia de una causa tal vez lejana o cercana en el tiempo.

No actúas con libertad, pues siempre estás condicionado por la cultura o por tu propia herencia genética. No eres libre de ti mismo, pues cuando te enfrentas a cualquier suceso ya estás de base condenado a reaccionar por tus propios hábitos conscientes o instintivos. La creencia de que tienes libertad de acción no es más que un hábito de creer que posees libertad. Nota cómo en sueños también realizas acciones, cuando el mundo onírico no es más que una proyección dual de tu propia mente. En los sueños no creas nada; inmerso en ellos crees que decides, y lo haces tan solo por tus propios condicionamientos conscientes o inconscientes.

Te crees libre, pero eres presa a todo momento de tus pensamientos. Ellos aparecen pese a tu voluntad. ¿Crees que si decides dejar de pensar puedes hacerlo? Los pensamientos que procesas por voluntad son producto de tus intereses, de tus necesidades y condicionamientos corrientes; en cambio los pensamientos que emergen a la esfera de tu conciencia y que no puedes controlar hacen parte de tus hábitos de descontrol que ya tienes activados como condicionamientos sociales, culturales, personales o hereditarios.

No eres libre, pero te piensas libre. Cierto que pensarse libre no tiene que ver con serlo realmente, pero no tienes más opciones. Por más voluntad que tengas solo ocurrirá lo que por karma deba acontecer entre tú y la causa de los actos perdidos en la noche de los tiempos, que en este mismo instante se actualizan como consecuencia y a los cuales respondes con los mismos hábitos forjados en la misma noche de los tiempos.

Ves el mundo dual siempre diferenciado. De él te alimentaste mientras creciste y así lo verás hasta morir. Tu salida no es actuar de forma moral, tu salida es dejar de ser un “yo”. Establecer una forma de cognición donde aquí y ahora realices acciones encadenadas a causas previas y no generes karma mientras actúas. Cuando logres esto gracias a una adecuada educación de la mente, podrás ver la información que constituye el universo bajo una nueva óptica. En dicha nueva óptica existirán objetos y sujetos, pero quien conoce, quien comprende la realidad, no plantea sentido de diferencia entre conocedor y conocido; son los terrenos de la No-dualidad.