Traducida del sánscrito como “materia mental” o “memoria”. Es la sustancia con la que se conforman todos los vrittis. Se asemeja al cúmulo de agua de mar que en la tormenta tiene la opción de moverse y conformar miles de olas diferentes unas a otras. Cada ola mental conformada junto con su movimiento es un vritti, pero la sustancia que lo estructura es chitta o materia mental.
En chitta anida el conjunto de experiencias mentales (vrittis) afincadas en forma de memoria y que entran en actividad dialéctica a causa de la percepción cotidiana del ser humano. Hay un aspecto muy interesante del chitta que es poco conocido y que nace gracias a la definición que también de ella se hace como “mente”: chitta también implica una actividad especial del antakarana (mente) que permite reaccionar a cualquier acontecimiento de modo similar a como se suele reaccionar a través de los procesos dialécticos que emergen gracias a la actividad racional del manas. La reacción de la mente a través del chitta y sin la presencia predominante del manas (raciocinio) permite una experiencia análoga a la de los actos reflejos estudiados en Occidente.
Un acto reflejo, por ejemplo, ver caer un objeto y atraparlo sin que medie razonamiento (manas), implica una actividad mental altamente eficiente que no requiere de un procesamiento secuencial de la información. Chitta tiene que ver también con una respuesta natural a un proceso de funcionamiento mental intuitivo. Dicha apreciación de la mente no se advierte en Occidente, pues implica una reacción consciente pero automática y eficiente de los sistemas que intervienen en la cognición. Por esa razón, chitta se convierte en elemento fundamental para entender las actividades cognitivas que ocurren en el estado de conciencia de Observación.