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El Vedanta Advaita es la joya suprema de la tradición filosófica Hindú. Es un sistema teórico-práctico que da explicación a las preguntas fundamentales que todo ser humano puede plantear.

El Vedanta Advaita estudia en profundidad la práctica meditativa y los diferentes niveles de conciencia, que van desde el estado onírico hasta los exquisitos estados de la No-dualidad que operan en el estado de Meditación y en el Samadhi. A continuación vamos a explicar brevemente qué es meditar, qué es el presente y qué es la no-dualidad desde la perspectiva Advaita (advaita quiere decir «no-dual» o «no-diferente»).

Dentro del proceso de la meditación, la atención es muy importante para el Vedanta; es más, es fundamental. Pues la condición diferenciada del mundo se construye si, como es usual, las personas atendemos a lo que alguna vez aconteció en el pasado o lo que puede acontecer en el futuro, es decir, cuando pensamos. El hecho de pensar hace que percibamos un mundo diferenciado y a nosotros como diferenciados de él, pues al pensar estamos siempre recordando lo que ocurrió en el pasado o lo que puede ocurrir en el futuro. En cambio, si somos capaces de atender únicamente a lo que está aconteciendo en el presente, el pensamiento cesa y la condición diferenciada del mundo se fractura.

De ahí, entonces, que meditar es el hecho simple de atender a lo que está aconteciendo en el Presente.

¿Saben qué es el presente? El presente es lo que está aconteciendo aquí y ahora. Por ejemplo, en este instante el presente es la lectura de este escrito.

Lo paradójico es que cuando están leyendo y están en el presente, ustedes no están. Pero cuando ustedes se reconocen a sí mismos, ya no están en el presente. Es decir: cuando piensan, no están en el presente, y cuando no piensan, no saben que están en el presente. ¿Lo notan? Esto es lo paradójico.

¿No les ha pasado que hay momentos en que están leyendo y ustedes no están en ningún lugar? Pero si empiezan a pensar, ¿qué sucede? Pues que aparecen ahí, leyendo. Y cuando aparecen leyendo, ¿están en el presente? No. Pero, cuándo están en el presente, ¿se notan leyendo? No.

El presente es así de extraño. En el presente no hay alguien, porque el presente es integrador. El presente es como ser gota y caer en el río: no hay fronteras. Es como ser río y desembocar en el mar: no hay fronteras. Es como ser mar y unirse al océano: no hay fronteras. En el presente, ser gota es ser río, y ser río es ser mar y ser mar es ser océano. O sea, en el presente ser gota es ser todo el agua. Por eso, en el presente no hay un sujeto diferenciado.

Entonces, ¿qué es meditar? Meditar es estar atento al presente. El presente posee esa mágica condición, esa extraña y única circunstancia de que las cosas no poseen fronteras, no poseen limitantes. Pues en el presente no hay alguien diferenciado pensando las cosas en base a descripciones intelectuales y de memoria.

El presente posee magia. El presente es pura comprensión que se comprende a sí misma. Por eso no necesitamos saber quién comprende en el presente. ¿Por qué? Porque si el presente es comprensión, ella misma se comprende a sí misma.

Para nosotros es importante la condición del presente, es muy, muy importante; porque es una especie de disolvente de fronteras, es una especie de lejía mental. El presente fractura las fronteras. ¿Y qué queda si no hay fronteras? ¿Qué hay? Pues lo que hay es una masa viva de información que tiene la condición de saber y de conocer. Para nosotros, eso es lo que realmente es el ser humano: El ser humano es una exquisita masa de condición viva de conciencia que no depende del tiempo ni depende del espacio, y que gracias al acto del presente es capaz de convertirse en la totalidad de las cosas y de fluir en la eternidad.

Por tanto, ¿qué es para el Vedanta Advaita meditar? Meditar es estar atento al… presente. En el presente hay tanta viveza, tanta, que esa viveza deslumbra de tal forma que es capaz de borrar las fronteras entre el observador y lo observado. Por eso el Vedanta Advaita afirma que la mayor comprensión se da cuando el observador es lo observado y lo observado es el observador.

Nosotros analizamos la fuerza de la comprensión y tratamos de saber qué es lo que allí pasa. Tratamos de permanecer en el presente, intentamos descubrir los misterios que hay en un instante que puede convertirse en eterno.

Lo que nosotros planteamos es que la condición de la atención sostenida en lo que llamamos presente, es decir, la condición de la atención sostenida en el aquí y en el ahora, hace que la condición de la información que constituye el universo cobre un orden nuevo.

En este caso, la reordenación de la información que constituye el universo es tal que, en el presente, las fronteras se borran y aparece una condición total. Nosotros lo llamamos no-dualidad o no-diferencia. ¿Por qué es no-diferente? Pues porque si bien es cierto que hay información, la información se reordena como no-diferente. Es decir, la información no desaparece: no desaparece nuestra cuenta corriente, ni desaparece el esposo, ni la esposa ni los hijos; nada desaparece en el presente. Lo que sí desaparece es la condición de percibir lo observado como diferente del observador. Eso es lo que desaparece. No desaparece la información, pero sí desaparece la condición de describir lo conocido a través de alguien que se experimenta diferente de ello.

Esa condición diferenciada que se excluye, que desaparece, que se borra, ocurre en el presente. He aquí, entonces, que la percepción de quien conoce en el presente se transforma en una especie de vislumbre de totalidad sin tiempo, sin espacio, sin historia. Es una experiencia exquisita y única. Esa vivencia es lo que el Vedanta Advaita denomina meditación.

Esa modalidad genera un margen de equilibrio, de tranquilidad y totalidad no equiparado a ninguna experiencia. ¿Ustedes se imaginan lo que es ser consciente de la ausencia de límite personal?

Pero, ¿cómo lograr esa experiencia? ¿Cómo sistematizar un proceso para que las cosas que parecen diferenciadas se experimenten como no-diferentes? Ese proceso de sistematización es lo que ha desarrollado el Vedanta durante milenios. En eso consiste la práctica meditativa.

En otras palabras: La meditación no es ver cosas bonitas, porque mientras haya quien las ve, hay objeto y sujeto diferenciados. La meditación no está hecha para ver cosas de otras vidas, porque mientras haya quien las ve, hay objeto y sujeto diferenciados. La meditación no es para ver colores brillantes y hermosos, o maestros, o chakras, o formas maravillosas… Porque nos preguntamos: ¿Quién ve todas esas formas? Si hay alguien que las ve, entonces hay diferenciación entre objeto y sujeto, y mientras ello sea así, eso no es meditar.

¿Qué es, pues, meditar? Detallar la práctica meditativa Vedanta es algo que desborda los alcances de este pequeño artículo. No obstante, y a modo de esbozo, es posible decir que para nosotros meditar es «chitta vritti nirodaha», que en sánscrito significa «aquietar las fluctuaciones de la mente». Por tanto, la práctica meditativa tiene que ver con aquietar los pensamientos; o, más precisamente, tiene que ver con atender sostenidamente lo que acontece en el presente, sin pensarlo (pues si pensamos el presente ya no estamos en él); y ello tanto internamente (contemplando en quietud dentro de nosotros mismos) como externamente (contemplando mientras actuamos en el mundo exterior).

Eso es meditar.