Una de las cosas maravillosas que posee la naturaleza del dolor es que puede convertirse en un mecanismo de aprendizaje. Nos ofrece caminos inimaginables tras él, pero también nos cierra los ojos a otras virtudes de la vida. Por ello, no permitas que el dolor se convierta en un abismo en el que te desvanezcas; por ninguna razón le des al dolor la oportunidad de inundar otros aspectos de tu vida.
Si tu cuerpo tiene dolor, si tu psique tiene dolor, no dejes de querer, no dejes de amar, no dejes de sonreír cuando puedas. Si tienes dolor, no dejes de hacer lo mínimo que hacías en la medida en que tengas oportunidad de lograrlo, inclusive ve un poco más lejos si puedes, entonces notarás la exaltación que llega a producir ir más allá de él.
Enfrenta todas aquellas cosas que temes; incluso enfrenta la muerte si es necesario y acéptala. Enfrenta la limitación del movimiento y deja que tus lágrimas afloren, pues no son síntoma de debilidad. Acepta tu fragilidad y tu debilidad, pues seguramente no podrás hacer cosas que antes te eran tan sencillas de realizar.
Ser conscientes de las limitaciones propias en un momento cualquiera enseña muchas cosas en la vida, entre otras a ser humilde. Nos enseña, por ejemplo, a pedir ayuda, a reconocer el dolor en terceras personas, nos enseña a aceptar que no somos ya tan fuertes y que en ese preciso instante nuestras fuerzas son las de un niño o una niña.
Las situaciones alrededor del dolor no hay que convertirlas también en dolor. La dignidad ante el dolor nos permite dar espacios para que la vida continúe en otros trayectos sin mancharlo, sin modificarlos, sin negarlos. Eso es lo grandioso que posee el dolor y así cuando te recuperes habrás crecido interiormente.
No temas gritar ante la angustia de un dolor punzante. Aprende que es tuyo y de nadie más. No intentes caer en la miseria de usarlo como moneda de cambio, pues entonces el dolor no te enseñará lo que puede solamente él ofrecerte. Aprende, converge en ti y obsérvate lo suficiente para determinar nuevos caminos y nuevas certezas en el futuro de tu vida.
El dolor te romperá por dentro y la mente finalmente retirará sus defensas. Encontrarás nuevos misterios esculpidos en un pasado ya remoto y por momentos advertirás aquellas cavernas oscuras. En otros instantes renacerás a aceptaciones nunca antes planteadas y te convertirás en un océano que en tormenta, cambia sus corrientes.
Permítete el llanto, dulce medicina que desahoga el corazón. Permítete gritar y conviértelo en amigo. El dolormuestra nuestra cara más humana, más frágil y más limitada, pero también abre las puertas a comprensiones que nadie más sino él puede ofrecer; aprovecha la oportunidad de aprender en poco tiempo lo que una vida entera de salud no te podrá enseñar.
*Imagen cabecera: http://Foto de lalesh aldarwish: https://www.pexels.com/es-es/foto/mano-de-hombre-en-fotografia-de-enfoque-superficial-y-escala-de-grises-167964/
