Todo Sujeto tiende a realizar acciones con el fin de preservar su identidad individual. Fracciona el Presente situando los Objetos en la franja Pasado-Futuro, deformando la cognición en Total o Particular, o situando los contenidos “dentro” o “fuera” de una frontera sensoria.
Cuando el Sujeto se relaciona con un Objeto suele proyectarlo o proyectarse en el tiempo utilizando el sentido de provecho que otorga la búsqueda de una meta. Cada cual asegura su futuro preparándose en alguna disciplina intelectual, trabaja en una empresa que le reporta la Satisfacción de sus necesidades a corto, medio o largo plazo, observando un deporte de competición a la espera que gane su equipo preferido, etcétera.
Siempre, en todo momento y situación, hay de forma abierta o de forma velada un deseo que impulsa a obtener el fruto de la acción que se realiza. El sentido de proyección futurista que se implanta a la acción en el mismo instante de desear su fruto, crea la franja de Causalidad entre pasado y futuro.
Es imposible encontrar un evento futuro sin historia, sin raíz en el pasado. Todos los eventos experimentados que poseen raíz en un pasado tienen una naturaleza Causal. En cambio, los eventos que no tienen raíz en un pasado poseen una naturaleza No-Causal.
A modo de ejemplo sitúa un evento cualquiera de un sueño. Lo que allí ocurre tiene raíz en la vigilia, mas no en el estado onírico. Por tal razón, los eventos propios del estado de conciencia del sueño no generan Causalidad en vigilia. A su vez, cualquier evento del estado de conciencia de vigilia tiene siempre raíz en otro suceso pasado también de vigilia, es decir, en un estado de similar condición. Como conclusión se podrá afirmar que en el estado onírico no existe la posibilidad de generar Karma, mientras que en el estado de vigilia sí.